El origen de la masa filo se sitúa en la península de Anatolia si se caracteriza por ser una pasta muy fina, casi translúcida, sumamente empleada en la gastronomía de Turquía y del Medio Oriente. En la cocina turca actualmente existen dos tipos de filo: una más gruesa para cocinar börek y buena más fina para baklava, bougatsa y otras recetas dulces o saladas que llevan esta masa. La pasta filo puede ser comprada, o bien elaborada en casa y aquí te decimos cómo.
Ingredientes
- 2 cucharaditas de levadura química o polvo para hornear
- 4 tazas de harina de trigo para múltiples usos
- 1 huevo
- ½ taza de aceite de girasol
- 1 taza de leche
- Pizca de sal
- Fécula de maíz c/n
Elaboración paso a paso
- Coloca en un recipiente las tazas de harina de trigo para múltiples usos junto con el polvo para hornear y la pizca de sal.
- Remueve muy bien y haz un hueco en el centro. Vierte la leche tibia, el aceite de girasol y el huevo.
- Amasa muy bien hasta formar una masa elástica y suave. Deja reposar durante una hora fuera de la nevera.
- Parte la masa por la mitad y estira cada una de ellas un poco formando una tira. Divide cada una en ocho partes iguales y forma bolitas.
- Espolvorea la superficie de trabajo con fécula de maíz y coloca por encima un bollo. Estira hasta obtener una lámina muy fina.
- Estira todas y ve colocándolas una encima de la otra bien embadurnadas con fécula de maíz para que no se peguen una con la otra.
- Estira nuevamente y haz un rollo con ellas.
- Colócalas sobre papel de hornear para que no se sequen y ponlas en una bolsa resellable.
Si no vas a utilizar la masa filo de inmediato, guárdalas en el congelador por hasta tres meses y al sacarlas, déjalas que se descongelen solas y listo. ¡La masa filo estará como recién hecha!
Con esta masa puedes preparar Baklava, que es un pastel elaborado con nueces trituradas o avellanas entre cada lámina de masa filo, y cubierto en almíbar o jarabe de miel. También puedes elaborar una receta salada como la de las mini tazas de camarones y vegetales.