El verano es una época del año de cambios de todo tipo y nuestros bueno hábitos alimentarios que hemos llevado todo el año pueden verse afectados. Nuevos horarios, vacaciones, calor y viajes son elementos que pueden llegar a hacer que nos relajemos a la hora de escoger nuestros alimentos y adoptemos una dieta que nos pueda provocar problemas gástricos, aumentos de peso y así perder todo el esfuerzo que hemos hecho durante el año por mantener una dieta sana y equilibrada.
Es por eso que hoy vamos a dar unos trucos para disfrutar del verano sin olvidarnos de nuestra alimentación sana y nutritiva.
Hábitos
Mantener los mismo hábitos durante todo el año es algo que nos puede ayudar también en verano para no sufrir grandes cambios en nuestra dieta:
Realizar 5 comidas al día: desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena son las cinco comidas imprescindibles que debes realizar durante el día. De esta manera conseguiremos mantener los horarios y evitar así comer en exceso en las comidas principales y picar entre horas.
Mantener una hidratación óptima: si durante el año es aconsejable beber al menos 2 litros de agua al día, en verano lo es todavía más, pudiendo llegar a incrementar 1 litro más. La mejor manera es ir bebiendo pequeñas cantidades durante el día para mantenerte hidratado todo el tiempo y así prevenir golpes de calor.
Hacer ejercicio: mantener un nivel medio de ejercicio durante el verano nos ayudará a eliminar todo aquellos excesos que hagamos y a su vez nos mantendrá en forma hasta el final de nuestras vacaciones y para la reincorporación a la vida diaria.
¿Qué alimentos escoger?
Durante el verano debemos seguir manteniendo nuestra dieta rica y variada pero hay algunos alimentos que tenemos que fomentar su consumo porque nos ayudarán mucho en ésta época del año.
Frutas: dentro de todas las variedades de frutas debemos elegir las que más agua nos aporten para ayudarnos en al hidratación. En éste caso el melón y la sandía son el rey y la reina del verano. Servidos frescos de la nevera son el mejor de los postres, meriendas y desayunos. Además tienen un bajo valor calórico e incluyen mucho potasio que nos ayudará en el bronceado de nuestra piel.
Verduras: al igual que con todo debemos seguir comiendo la misma cantidad de verduras que el resto del año pero en verano, alimentos como el pepino, que nos aporta carotenos para hidratar y proteger nuestra piel, son muy aconsejables. La zanahoria también es un alimento que además de brindarnos sodio, fósforo y potasio, también nos ayudan a proteger nuestra piel. Y sin lugar a dudas, el gazpacho es el rey del verano. Es la combinación perfecta de verduras de temporada y nos aporta vitaminas, antioxidantes, grasas saludables y minerales.
Carnes y pescados: en cuanto a las carnes y pescados debemos mantener los mismos hábitos que el resto del año. En cuanto a las carnes, mejor escoger las blancas como el pollo y el pavo y como método de elaboración siempre mejor a la plancha. Y en cuanto al pescado también a la plancha y combinando el blanco como la merluza y el azul como las sardinas o boquerones.
¿Qué alimentos debo evitar?
Por norma general los fritos, rebozadas y grasas son los alimentos que debemos evitar aún más si cabe en verano ya que nos pueden influir más en el aumento de peso si tenemos hábitos de alimentación más relajados que durante el resto del año.
Pero si hay algo que tenemos que tener en cuenta en verano más que el durante el resto del año es la higiene y elaboración de las comidas para evitar ingerir bacterias que puedan dañar nuestro organismo. Es por eso que es aconsejable lavar todos los alimentos antes de prepararlos, mantenerlos a las temperaturas adecuadas en neveras y congeladores y sobre todo vigilar los puntos de cocción ya que la elaboración de algunos alimentos, sobre todo pescado, con puntos de cocción muy bajos pueden ayudar a que las bacterias entren en nuestro organismo.
Ahora que ya conoces estos trucos puedes estar tranquilo para llevar una buena dieta en verano y que cuando llegue septiembre sigas estando en forma y saludable.
