Una buena sartén es uno de nuestros utensilios fundamentales en la cocina, por ello es indispensable cuidar bien de estas. Sabiendo cómo cuidarlas este útil instrumento nos durará mucho más tiempo y jamás se nos pegará la comida. Por eso hoy os traemos unas cuantas recomendaciones para su cuidado y algún que otro truco para recuperar una sartén que nos ha quemado.
Debemos evitar
Cuando utilizamos una sartén tendremos que evitar ciertos malos hábitos que en gran parte son los principales causantes de que se no estropeen, estos son:
– Utilizar productos abrasivos o estropajos de aluminio para limpiarlas: Nunca y repito, nunca usaremos un estropajo de aluminio para fregar nuestras sartenes. Estos estropearían la capa antiadherente de la misma y terminaríamos por perderla y absolutamente todo se nos pegaría. Por ello la mejor opción es usar estropajos suaves que no rallen el interior de la sartén. – Calentar la sartén sin nada dentro – Echar agua fría en la sartén caliente: Evitaremos esta acción pues, debilita la capa antiadherente.
Debemos hacer y utilizar
Evitando lo anterior ya tendremos medio camino hacia un buen mantenimiento de nuestras sartenes. Pero no todo es evitar ciertas acciones. También conseguiremos alargar la vida de nuestras sartenes con buenas costumbres y con determinados utensilios que saben mimar muy bien a este indispensable.
– Usar cucharas y espátulas de madera o plástico: Utilizando estos utensilios no correremos el peligro de que se nos rallen ni estropeen. Personalmente prefiero las cucharas o espátulas de silicona ya que a la larga, son más higiénicas. – Guardar las sartenes apiladas separadas con un cartón: El mismo roce de una sarten con otra podemos correr el peligro de que se rallen. Por ello si utilizamos algo que las separe entre ellas nos aseguremos que esten en mejor estado. Para ello podemos crear nuestros propios separadores con cartón o utilizar un set de protectores específico para ello.
Limpiar una sartén quemada
Hasta los mejores cocineros tienen un despiste de ves en cuando y a veces es inevitable que se nos queme una sartén. El problema es cómo arreglarla para poder volver a usarla. Cuando fregamos la sartén, aunque nos esmeremos mucho, siempre se nos quedan zonas negras que no salen y al volver a usarlas se nos pega todo. Para solucionarlo debemos acudir a la sal.
Para ello pondremos la sartén que se nos ha quedado al fuego y cuando este caliente la cubriremos con sal y cubriremos con una tapa. Dejaremos en el fuego hasta que veamos que la sal se oscurece. La sal se llevará toda la suciedad de la sartén. Retiraremos la sal con la ayuda de un trapo seco y tras esto no se nos volverá a pegar nada.
Con estos simples consejos seguro que vuestras sartenes duraran mucho más. ¿Los conocíais? ¿Tenéis otros trucos o consejos? Es vuestro momento para dejarnos vuestra opinión a continuación.
