Vemos ambos tipos todos los días, pero ¿qué los diferencia? ¿Por qué vemos que en muchas dietas se nos recomienda el integral? Hoy responderemos a estás preguntas, veremos que tiene cada uno de especial, y aprenderemos a elegir el que mejor se adecúe a nuestra alimentación y a nuestros objetivos en la dieta.
El grano
Lo primero que tendremos que entender, es qué los diferencia. El grano de trigo, principal ingrediente de la harina con la cual se hace el pan, tiene, al igual que todos los cereales, tres partes:
- el salvado, rico en fibra, vitamina B y oligoelementos (minerales).
- el endospermo, compuesto por los hidratos de carbono, proteínas y alguna vitamina del grupo B más.
- el germen, el cuál sirve de alimento a la semilla, y es rico en vitaminas B y E.
En el proceso de elaboración de un pan blanco, se muele el grano de trigo, seguida de una separación de cada uno de los componentes del grano y quedándonos sólo con el llamado endospermo. Se obtiene de esta manera un pan con más sabor y más esponjoso que conserva durante más tiempo su textura. Sin embargo, en el pan integral se aprovechan todas y cada una de las partes del grano, conservando de esta manera la fibra y vitaminas del grupo B y E que nos dan el salvado y el germen.
Sumado a una disminución del porcentaje de hidratos y un aumento en la cantidad de fibra, nos hace pensar que el pan más recomendable desde el punto de vista de la salud es el pan integral.
¿Qué propiedades tiene?
A grandes rasgos podríamos decir que el pan integral tiene tres principales efectos saludables:
- Menor índice glucémico que el pan blanco, lo que quiere decir que se absorben de forma más lenta y lo que los hace más recomendable para diabéticos, así como en aquellos casos en los que llevemos a cabo dietas hipocalóricas o de definición (si lo complementemos con ejercicio aeróbico y de gimnasio).
- Mejora el tránsito intestinal
- Reduce el riesgo cardiovascular, previniendo el riesgo de infarto, ictus, etc. a largo plazo.
- Prevención de la diabetes, pues una dieta alta en fibra se ha visto asociada con una disminución de sustancias proinflamatorias de nuestro cuerpo (su elevación es factor de riesgo en la diabetes).
Es por ello que debemos intentar introducirlo en nuestra dieta, pues a corto plazo ya notaremos algunos de sus beneficios.
Gastronómicamente hablando, nos abre un mundo de cambio en nuestras recetas. Color y textura muy especiales, con un sabor además que marca la diferencia. Algunas ideas de acompañamiento particularmente buenas son salmón y queso crema, la simple tostada de tomate rallado o un vegetal. Probad a cambiaros al pan integral en todas esas recetas que normalmente hacíais con pan blanco, ¡y veréis cómo se nota la diferencia!