Todos sabemos que los alimentos son esenciales para la vida, aunque si no se toman algunos recaudos, podrían ocasionar diversas enfermedades mejor conocidas como E.T.A.S (Enfermedades transmitidas por alimentos). Las E.T.A.S forman un conjunto de enfermedades causadas por ingerir alimentos o agua contaminada que afectan la salud del consumidor.
¿Cuáles son los agentes contaminantes?
Los agentes contaminantes se dividen en tres grupos: agentes biológicos, agentes químicos y agentes físicos.
- Agentes biológicos: bacterias, toxinas, hongos, parásitos y virus.
- Agentes químicos: fertilizantes, plaguicidas, lavandina, detergente, etcétera.
- Agentes físicos: vidrio, metales, uñas, pelos, etcétera.
La contaminación biológica/bacteriana es la que se produce con más frecuencia. La enfermedad y los síntomas a veces no se presentan rápidamente, ya que varía según el agente contaminante. Los síntomas más frecuente de todos los agentes son náuseas, vómitos, fiebre y diarrea.
Las bacterias que ocasionan la enfermedad suelen denominarse bacterias patógenas y no todas las personas poseen la misma sensibilidad frente a estas. Generalmente, los ancianos, las mujeres embarazadas o en período de lactancia, los niños y los enfermos, suelen ser mucho más susceptibles y presentar síntomas agravados.
Cabe destacar que no todas las bacterias son malas para la salud, ya que algunas se reutilizan de manera beneficiosa en la producción de diversos alimentos como por ejemplo el yogur, el queso roquefort, las aceitunas, los encurtidos, la cerveza, el vino y el pan, entre otros.
¿Dónde están las bacterias?
Las bacterias podemos encontrarlas en cualquier rincón de la casa, en los alimentos, en el aire, el en suelo e incluso en nosotros mismos, ya sea en el cabello, en la nariz, en la boca o en las manos.
La contaminación se puede llevar a cabo en cualquier etapa de la cadena alimentaria, es decir, desde que obtenemos la materia prima hasta que la almacenamos en casa. Los alimentos cocidos y los que ya están listos para ser consumidos, también pueden contaminarse por el contacto con alimentos crudos (pollo, carne y pescados) o por sus jugos, tablas, manos, utensilios de cocinar, etcétera. A esta transferencia de microorganismos la denominamos en bromatología “contaminación cruzada”.