Muchas son las personas que por falta de tiempo para cocinar, terminan recurriendo a los productos enlatados. Estas latas están fabricadas en aluminio y acero laminado que resisten la oxidación, pero el contacto del metal con el oxígeno y el contenido de la misma puede ocasionar manchas de óxido, por lo que no se aconseja guardarla en la nevera si no se ha consumido todo su contenido. Checa aquí el por qué.
Actualmente hay una gran variedad de alimentos enlatados como el atún, las salsas de tomate frito, las sopas, la caballa, las anchoas u otro tipo de pescado, vegetales, frutas, carnes, aceite e incluso platillos ya preparados. Este envase metálico le aporta una gran protección y conservación a su contenido, dado que a ser hermético y sellado al vacío, evita la entrada de bacterias. No obstante, una vez que la lata se abre, es importante guardar lo que no se ha ingerido en otro envase no metálico, es decir de cristal o de plástico, para que el alimento pueda mantener su sabor y no se eche a perder.
Consejos para manipular los alimentos enlatados
Los alimentos enlatados pueden durar entre 3 y 5 años a partir de su fecha de elaboración, siempre y cuando el envase esté en perfecto estado y no se haya inflado ni fisurado ni abollado. Como regla general, deben ser conservados en un lugar fresco y seco, salvo que sus indicaciones digan lo contrario. Este alimento en lata tiene que ser manipulado como si estuviera fresco, por lo que hay que lavarse muy bien las manos con agua y jabón, al igual que los utensilios que vayan a emplearse.
Cuidado con el botulismo
El botulismo es una enfermedad ocasionada por la bacteria Clostridium botulinum que está asociada con los alimentos enlatados en mal estado y que no sobrevive al estar en contacto con el oxígeno. Este microorganismo es sumamente sensible al calor por lo que queda inactivo al superar los 80º C. El botulismo puede ser grave y mortal y se presenta con síntomas de debilidad, cansancio, fatiga intensa, vértigo, visión borrosa, dificultad para hablar e incluso tragar.