En el hemisferio norte ya es otoño y el cuerpo deja de pedir recetas refrescantes para enfocarse más en las de cuchara como guisos, sopas, estofados, cremas, purés, etcétera. Si procuras en cualquier categoría, verás que hay infinidad de recetas que puedes elaborar para esta estación del año. Por ello, a continuación sumaremos otra al repertorio, esta vez te enseñaremos a preparar una exquisita y clásica sopa de cebolla al estilo francés. Un platillo delicioso que puede ser elaborado también en Navidad.
Ingredientes
- 6 cebollas dulces preferentemente
- 2 cucharadas soperas de aceite de oliva
- 60g de mantequilla
- 2 dientes de ajo
- 3 cucharadas de harina floja
- 2 litros de caldo de pollo o carne
- 100g de queso gruyere rallado
- 20c.c. de coñac
- Pimienta negra molida
- Sal
- 3 panes o baguettes
Elaboración paso a paso
- Pela y corta las cebollas en juliana y reserva en un recipiente.
- En una olla calienta el aceite e incorpora la mantequilla para hacer la base de la sopa de cebolla francesa.
- Una vez que se haya fundido la mantequilla, coloca las cebollas y los ajos finamente picados. Agrega sal y pimienta negra molida al gusto.
- Sigue cocinando a temperatura baja mientras remueves con una cuchara de madera hasta que la cebolla esté transparente. Si deseas tapa la olla durante la cocción para que el mismo vapor evite que la cebolla tome color.
- Destapa y espolvorea la sartén con las cucharadas de harina. Mezcla muy bien y echa el coñac. A este procedimiento se lo conoce como Roux, ya que la harina hace que la sopa se ligue y espese.
- Una vez que se haya evaporado el coñac, incorpora el caldo y salpimienta al gusto. Deja cocinar durante 15 minutos y retira.
- Corta el pan en rebanadas y tuesta ligeramente. Pasa la sopa a una fuente apta para horno y coloca las rebanadas en la superficie de la sopa. Espolvorea con queso gruyere rallado y lleva a gratinar en horno precalentado a 200º C durante 5 minutos.
Historia de la sopa de cebolla
El antiguo rey de Polonia, Estanislao Leczinski, descubrió la sopa de cebolla en una fonda francesa. Al parecer le gustó tanto que comenzó a prepararla, dado que era apasionado por las artes culinarias. Tal fue la repercusión de esta sopa en la corte, que se convirtió en el platillo final con el que terminaban las fiestas nocturnas parisinas.
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