Hay muchas recetas para las que necesitamos tomates pelados e incluso sin semillas, desde una salsa de tomate, un gazpacho o un salmorejo hasta una mermelada o una ensalada. Por eso hoy os explicamos una manera muy sencilla de pelarlos y quitarles las semillas que os llevará sólo unos minutos.
El primer paso para separar la piel del tomate es someterlo a un cambio de temperatura brusco. Para facilitar el trabajo primero haremos un pequeño corte en forma de cruz en la parte inferior del tomate.
Después meteremos el tomate en agua hirviendo durante 10 o 15 segundos. Es conveniente probar primero con un tomate para comprobar si es suficiente tiempo o debemos hervirlo un poco más.
Y por último lo sumergiremos en agua muy fría.
Cuando el tomate esté frío podremos separar fácilemente la piel sin ayuda de cuchillos u otros utensilios. Si todavía se nos resiste, podemos ponerlo a hervir unos segundos más y volver a sumergirlo en frío.
Si la receta además nos pide eliminar las semillas, cortaremos el tomate en rodajas y sacaremos las semillas con la mano o con un cuchillo.
Como veis, pelar tomates es muy sencillo y no nos lleva mucho tiempo, por lo que merece la pena gastar unos minutos para mejorar recetas como la salsa de tomate o el pisto. ¿Conocéis algún otro método para pelar tomates y quitarles las semillas? No olvidéis dejarnos vuestros comentarios
GRACIAS POR AYUDARME CON TUS CONSEJOS DE COCINA.