La lechuga es una de las verduras de hoja verde* que más solemos utilizar en ensaladas y dietas para adelgazar, dado que cuenta con un sinfín de propiedades y beneficios para la salud. La lechuga es suave, refrescante y entre las más comunes se encuentran la romana, **la de hoja mantecosa, la escarola, la francesa, la criolla, etcétera. Por ello, te contamos cómo deberías cortarla para que no se oxide.
¿Cómo cortar la lechuga?
El motivo por el cual es mejor cortar la lechuga con la mano y no con un cuchillo es porque el filo provoca una reacción química que oxida la hortaliza rápidamente y además la afea porque la convierte en color marrón, pierde su sabor y sus nutrientes.
En el mercado hay utensilios de plástico para cortar la lechuga y que esta misma no se oxide, aunque si tienes que presentar una linda ensalada porque tienes visitas en tu casa, entonces deberás cortar la lechuga sí o sí con un cuchillo en juliana porque con la mano no vas a conseguir un buen efecto.
Beneficios de la lechuga
La lechuga posee vitaminas del complejo B y potentes antioxidantes como las vitaminas A, C y E que ayudan a combatir los radicales libres, causantes de las enfermedades degenerativas. Asimismo, tiene minerales como el potasio, el magnesio, el sodio, el calcio, el selenio y el hierro, y flavonoides que ayudan a proteger el corazón y el hígado.
Esta hortaliza es muy buena para aquellos que tengan retención de líquidos, hipertensión o cálculos renales porque cuenta con efecto diurético. Por otro lado, equilibra los niveles de glucosa en sangre, previene la osteoporosis y es saciante.
Consejos
Para almacenar la lechuga, primero deberás lavar las hojas en un recipiente con abundante agua fría -no helada- con algunas gotas de cloro. Déjalas reposar durante 5 minutos y escúrrelas en un colador o en una centrífuga. Cuando estén apenas húmedas, colócalas dentro de una bolsa y guárdalas en el cajón para vegetales de la nevera. La lechuga se mantendrá fresca por 7 días.