Tradicionalmente, las verduras y las hortalizas solemos encontrarlas en nuestros aperitivos, entrantes y platillos, aunque últimamente forman parte de nuestros postres y lo bien que hacen porque quedan deliciosas. La tarta de zanahoria, también llamada carrot cake es una de las recetas más emblemáticas de Norteamérica, aunque se trata de un postre europeo.
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Zanahoria para sustituir el azúcar
No creas que la tarta de zanahoria es un experimento a ciegas, pues su origen se remonta a la Edad Media, época en la que las zanahorias se utilizaban para sustituir el azúcar. Durante la Segunda Guerra Mundial los edulcorantes estaban racionados en el Reino Unido, por lo que se empleaban zanahorias como sustituto. En los años 60, algunos restaurantes y cafeterías comenzaron a incluir postres con zanahoria, lo que llegó a tener una gran aceptación.
Y para que los bizcochos queden esponjosos…
Topinambur, chirivía, calabacín y zanahorias, son unos ingredientes son ideales para preparar bizcochos y magdalenas, dado que les darán una textura esponjosa. Rállalos para que se integren mejor y no se sienta tanto su sabor. La zanahoria combina muy bien con canela jengibre y naranja.
El calabacín también le dará una textura esponjosa a tus pasteles y muffins, además de reducir la materia grasa. Combínalo con chocolate o nueces.
Remolacha para endulzar
La remolacha, también llamada betabel, posee un gran potencial a la hora de aportarle a tus platillos un toque azucarado. Utilízala cruda para crear sorbetes o magdalenas. Además de su gran sabor y de sus beneficios para la salud, la remolacha actúa como colorante natural con el que se pueden lograr diversas tonalidades de rosas y rojos.
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