La grosella negra, blanca o roja proviene de las diversas variedades de arbustos groselleros de hasta 2 metros de alto. Estas pequeñas frutas comestibles cuentan con una gran cantidad de propiedades y beneficios para la salud.
Propiedades nutritivas de las grosellas
Las grosellas rojas o negras aportan una muy baja cantidad de calorías por lo que pueden ser incluidas en las dietas para bajar de peso. Son ricas en antioxidantes como la vitamina C, necesaria para el crecimiento, desarrollo y reparación de los tejidos de todo el cuerpo, como por ejemplo: vasos sanguíneos, tendones, ligamentos, piel. La vitamina C sana las heridas y produce el tejido cicatricial, además de reparar y mantener fuertes los dientes, los cartílagos y los huesos.
Las grosellas contienen fibra y minerales como el calcio, el hierro y el potasio, como así también pigmentos naturales denominados antocianos y carotenoides, que les dan su color y sabor característico. Estos pigmentos en conjunto con la vitamina E que poseen las grosellas, logran neutralizar la acción de los radicales libres que tan perjudiciales son para la salud, dado que causan el envejecimiento prematuro de la piel.
Propiedades para la salud
La ingesta diaria de estas sustancias potencia el sistema inmunológico y disminuye el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y degenerativas como el mal de Alzheimer, el mal de Parkinson y el cáncer. Además, previene la anemia ferropénica gracias a que la vitamina C ayuda a absorber el hierro de los alimentos.
Entre las grosellas se encuentran los arándanos que cuentan con una gran cantidad de beneficios para el organismo. Los arándanos combaten infecciones, mejoran la circulación y son ideales en el tratamiento de la cistitis.
¿Cómo consumirlas?
Las grosellas pueden ser consumidas solas y frescas, en mermeladas, en postres, en gelatinas o en ensalada de frutas. También, pueden cubrirse con leche o yogur de vainilla para suavizar un poco su sabor ácido.