Las frutas frescas y los frutos secos suelen incorporarse en los bizcochos frecuentemente para darle sabor, color y humedad. Sin embargo, los principiantes en la cocina suelen frustrarse a la hora de hacer un bizcocho porque las frutas caen hacia el fondo y terminan arruinándolo todo. Pero, hay varias formas para que esto no ocurra y a continuación te dejamos un par de tips. ¡Tenlos en cuenta a la hora de cocinar!
Pasar las frutas por harina
Pon un poco de harina en una bolsa o en un recipiente y agrega las frutas frescas o los frutos secos previamente cortados en trozos pequeños y humedecidos en agua o en coñac. Agita enérgicamente hasta que se impregnen de harina y después pasa por un colador de alambre fino para quitar el exceso de la misma.
Una vez hecha la preparación del bizcocho, simplemente tendrás que engrasar el molde de hornear con mantequilla, esparcir las frutas y cocinar durante el período de tiempo recomendado en la receta.
Usar harina para todo uso
En el mercado hay tres tipos de harina diferentes: leudante, para todo uso y panadera.
La leudante es la más refinada de las tres y además incluye polvo para hornear. Esta es ideal para hacer bizcochuelos, tortas y postres.
La harina para todo uso es refinada y no cuenta con polvo para hornear. Esta es perfecta para hacer brownies, galletas y tartas.
La harina panadera es de las tres la menos refinada y por lo general suele emplearse para preparar panes, pizza y diversas masas que incluyan levadura.
Para que las pasas o las cerezas no se hundan en el bizcocho, tendrás primero que cortarlas por la mitad para que pesen menos y después incorporarlas junto con los ingredientes secos cuando te encuentres preparando la masa para que se mantengan en el lugar correcto.
Sea cual sea la opción que elijas para incorporar las frutas, vas a poder quedarte súper tranquila/o de que el resultado quedará como esperabas con las frutas frescas o los frutos secos esparcidos en la parte central y superior del bizcocho.
Muy buenos tips!! Los voy a poner en práctica!!