Seguramente ya habréis visto muchas recetas en las que utilizamos el ajo en nuestras recetas. Pues es un ingrediente fundamental de la cocina mediterránea que tanto nos gusta. No obstante, aunque se trata de un alimento muy conocido su origen es todo un misterio. Hoy en día su plantación se realiza en grandes cantidades y es muy común en todo el mundo, aunque no se la conoce en forma silvestre. Se estima que su origen se encuentra en Asia y que se traería a Europa por el Mediterráneo, llegando así a occidente. El ajo lleva más de 7 siglos cultivándose por lo que no nos debe extrañar descubrir el uso de él en el antiguo Egipto, como planta medicinal.
Propiedades medicinales
La alimentación ha sido muy importante para los deportistas desde siempre, pues ayuda a aportar los nutrientes necesarios para poder soportar el rendimiento. Un ejemplo nos lo encontramos en los atletas de la antigua Grecia, que tomaban ajo antes de sus competiciones porque creían que les aportaba fuerza.
Hoy por hoy seguimos utilizando los conocimientos sobre las propiedades de los alimentos para conseguir que nuestro cuerpo esté sano y a pleno rendimiento. Y las cualidades medicinales del ajo serán una estupenda ayuda, pues son tan amplias que nos ayudan a curar nuestros resfriados como a cicatrizar heridas.
El ajo tienen unas propiedades que lo convierten en :
– Antibiótico natural – Diurético – Bueno para bajar el colesterol – Favorece la digestión – Estimulante de las defensas – Buen expectorante utilizado en tratamientos para el asma – Bueno para la prevención de algunos cánceres – Controlador del nivel de azúcar – Mejora del estrés y la depresión
Existen muchas más cualidades de las cuales todas no estan confirmadas. No obstante, las propiedades de este cambian dependiendo de si se consume crudo o cocido. Si lo cortamos y lo machacamos conseguimos que la combinación de la aliina con la alinasa. Estos dos compuestos se destruyen en la cocción, pero se liberan otros como la adenosina y el ajoeno los cuales son los encargados de favorecer la reducción del colesterol. Por lo que es recomendable consumir el ajo en sus diversas formas.
Uso en la cocina
El sabor y aroma característico del ajo lo convierten en un saborizante natural muy utilizado en la cocina mediterránea. La parte que solemos consumir con más frecuencia es el bulbo de la planta, aunque también podemos consumir los brotes tiernos de las hojas como si fueran espárragos.
Junto con la cebolla, el ajo es base de muchísimas salsas, como por ejemplo del alioli donde es un ingrediente fundamental. Se trata de un alimento muy versátil, ya que podemos consumirlo tanto en crudo como cocido, aportándonos distintos beneficios dependiendo de la forma de consumirlos.
No obstante, aunque su aroma sea precisamente lo que más nos gusta en nuestros platos, no es muy agradable que se quede con nosotros. Sobre todo tomándolo en crudo, puede provocar mal aliento. Un truco que funciona bastante bien es tomar perejil tras la in gesta del ajo, lo cual paliará los efectos de su olor.
Otro mal que hace que muchos lo eliminen de su dieta es que el ajo a veces repite. Para evitar esto, una estupenda solución es partir por la mitad el diente de ajo y retirar la raíz interior. De este modo no repetirá tanto.
Pero el ajo es tan aromático, que no es necesario que lo incorporemos directamente a nuestras recetas para poder disfrutar de su sabor. Podemos preparar un aceite aromático, simplemente incorporando unos dientes de ajo pelados a una botella de aceite. La dejaremos reposando al menos un mes y tendremos un estupendo aceite aromatizado ideal para aliñar ensaladas o añadir a carnes.
Algunas de nuestras recetas con el ajo:
– Gazpacho andaluz – Arroz blanco – Salsa Barbacoa – Macarrones bañados en salsa de brócoli al queso – Espagueti carbonara – Lentejas a la vinagreta
Trucos para pelar ajos
Ya hemos descubierto sus cualidades medicinales y gastronómicas pero sin duda para empezar a disfrutar del ajo tenemos que empezar pelándolo. Por eso os vamos a mostrar un par de trucos muy útiles para que esto sea más fácil. Utilizando estos consejos el ajo se pelará casi solo.
El primer tuco es muy simple, bastará con dar un golpe seco al diente de ajo, no demasiado fuerte para no machacarlo. De este modo, la piel blanco morada que lo envuelve se desprende con facilidad y se despega perfectamente. Otro truco es sumergir los dientes de ajo en agua templada unos minutos. Al igual que en el truco anterior evitarémos que se nos quede pegada la piel al ajo y se pelara más fácilmente.
Ya veis que el ajo esta lleno de grandes cualidades que lo hacen indispensable en nuestra dieta y ahora no tenéis escusas para integrarlo en vuestras recetas. ¿Conocíais todos estos beneficios? ¿Tenéis otros trucos para peladlos? Contadnos vuestra opinión a continuación.
Lo que hago yo es cortar la piel de un lado y las puntas. Muy facil.